Como cada año, en el lugar del evento se encontrarán dos formas de entender Extremadura diametralmente opuestas. Por un lado, asistirán al evento institucional en sus coches oficiales aquellos que dedican más tiempo a vanagloriar su gestión que a llevarla a cabo; aquellos que atentan contra su tierra con proyectos esperpénticos a la vez que venden una imagen verde e idílica de la misma: aquellos que permanecen ajenos a la realidad del pueblo, parapetados tras discursos ampulosos y campañas fastuosas. Por otro lado, fuera del acto institucional, en la calle, numerosos ciudadanos críticos, que están dispuestos a defender su derecho a participar en las decisiones que pueden afectar a su tierra y a sus vidas, que no están dispuestos a ser silenciados por oponerse a proyectos injustos por definición y que, valientemente, reivindican el día de Extremadura como el mejor momento para defenderla, en este caso, de quienes tendrían el deber de protegerla. Por un lado la Extremadura gris, encorsetada, egoísta, caciquil,… Por el otro la multicolor, espontánea, altruista, democrática y cívica.
Por ello día de Extremadura es ya desde hace unos años una cita ineludible para aquellos colectivos ciudadanos que luchan contra el desarrollismo salvaje y engullidor de recursos, con proyectos totalmente irrespetuosos con la tierra y con quienes la habitan. Pero ahora no se trata “sólo” de luchar contra una refinería de petróleos en Tierra de Barros, o contra cinco centrales térmicas, o por el cierre de la central nuclear de Almaraz,… Ahora se trata además, de recuperar la dignidad de una ciudadanía que se rebela ante las imposiciones y de romper un silencio que mucho de quienes estarán dentro del evento, quieren mantener a toda costa. Los ciudadanos hemos dado un puño en la mesa y no estamos dispuestos a seguir siendo ignorados por esos planes gestados y maquinados en los despachos oficiales, en los de las grandes empresas o en los cortos pasillos que comunican a ambos. Es necesario convertir en realidad el lema de Extremadura Limpia y sostenible y ahora más que nunca en la historia de nuestra región podemos estar cerca. Y si cualquier día del año es bueno para hacerse oír, el día de Extremadura también puede ser un buen día.
Por ello día de Extremadura es ya desde hace unos años una cita ineludible para aquellos colectivos ciudadanos que luchan contra el desarrollismo salvaje y engullidor de recursos, con proyectos totalmente irrespetuosos con la tierra y con quienes la habitan. Pero ahora no se trata “sólo” de luchar contra una refinería de petróleos en Tierra de Barros, o contra cinco centrales térmicas, o por el cierre de la central nuclear de Almaraz,… Ahora se trata además, de recuperar la dignidad de una ciudadanía que se rebela ante las imposiciones y de romper un silencio que mucho de quienes estarán dentro del evento, quieren mantener a toda costa. Los ciudadanos hemos dado un puño en la mesa y no estamos dispuestos a seguir siendo ignorados por esos planes gestados y maquinados en los despachos oficiales, en los de las grandes empresas o en los cortos pasillos que comunican a ambos. Es necesario convertir en realidad el lema de Extremadura Limpia y sostenible y ahora más que nunca en la historia de nuestra región podemos estar cerca. Y si cualquier día del año es bueno para hacerse oír, el día de Extremadura también puede ser un buen día.
Siglo XXI: Desarrollo Sostenible
Plataforma CIUDADANA "Refinería NO"
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